California Domestic Workers Coalition

teresa cotsirilos

En octubre de 2019, una racha de clima seco y fuertes vientos provocó decenas de incendios forestales en California, matando a tres personas y destruyendo cientos de hogares. Para los inmigrantes de bajos salarios que trabajan en esos hogares, la temporada de incendios trae sus propios peligros.

Las amas de casa y los jardineros pierden los trabajos de los que dependen, y algunos trabajadores son contratados para nuevos trabajos que podrían poner en peligro su salud. Este mes, las trabajadoras del hogar luchan por una nueva legislación que podría cambiar eso.

Sandra se enteró de que había perdido su trabajo en Facebook. Se gana la vida limpiando casas en Malibú, y cuando comenzó el incendio de Woolsey en 2018, pasó días revisando ansiosamente las noticias, preguntándose qué estaba pasando con su base de clientes. Unos días después del desastre, uno de sus empleadores favoritos publicó algunas fotos de su casa.

“Su casa se había quemado por completo”, dice Sandra. Le pidió a KALW que se refiriera a ella solo por su nombre de pila, por temor a que hablar con la prensa pudiera perjudicar sus futuras perspectivas laborales. “Lo importante es que todos estén bien”.

El incendio de Woolsey arrasó Malibú durante casi dos meses. Sandra no pudo trabajar y dice que el dinero comenzó a agotarse rápidamente. “Estaba teniendo problemas con las facturas”, dice, “estaba luchando con cosas básicas como la comida y el alquiler”.

Entonces, cuando otro empleador de Sandra se puso en contacto con ella, se sintió aliviada. Ella dice que era una familia con una linda niña que conocía, que vivía en una enorme casa en Malibu en la montaña.